ASKUABARRA
¡¡Hola a todos!!
Se que he tardado más de lo debido en volver a escribir por aquí, pero, no es por hacerme la interesante, la vida no me da para más.
Puesto que no creo que valga de mucho andar con lamentaciones, vayamos al lío, que ya vamos tarde.
Me voy a ganar el cielo con los nuevos posts, porque el nivel, es brutal. Aunque no haya escrito mucho, me he dedicado a aumentar la tripa y vaciar mi cartera, en probar y probar sitios que tenía pendientes.
Vamos con el primero y uno de mis favoritos de la capital: ASKUABARRA
Reconozco que me emociono, cuando conozco un restaurante donde hay gastronomía de verdad, donde hay producto, elaboraciones bien hechas... Si encima es un sitio, donde el ticket medio no se te sube a los 100 euros por persona, entonces ya... lloro abiertamente de emoción.
Askuabarra es uno de esos templos, donde comer bien, perdón, MUY BIEN, es un lujo al alcance de muchos. Lo que para mi tiene todavía más mérito.
El local mola bastante, y la amabilidad de sala es exquisita. Empezamos con la experiencia.
Fui con mi mejor amiga, después de una mañana bastante agitada. Pedimos copa de tinto, y nada más empezar, yo ya estaba conquistada. Nos ofrecieron como sugerencia un Bierzo, Petit Pittacum, no podíamos empezar mejor. (Por si no lo sabíais, el 75% de mis raíces viene de esta maravillosa tierra, que por cierto, tiene los mejores vinos de España y del mundo, así que poco más que decir).
Nos trajeron como aperitivo una deliciosa sardina ahumada con... ya no me acuerdo, juraría que había manzana y algo más... pero como esto no es un blog de recetas, sino de sabores, diré que estaba BRUTAL.
Y llegaron las croquetas... Sin palabras... exquisito es poco, me quedo corta... Tanto las de Idiazábal como las de rabo de toro, pollo y curry, son para morirse a plazos. La melosidad que tienen es extrema, y lo crujiente de su rebozado... Bueno, resumiendo, PERFECTAS.
Le siguieron los montaditos de steak tartar. Para no romper con la tónica... TREMENDOS. Había oído que tenían el mejor steak tartar de Madrid y no lo dudo. Una auténtica maravilla.
No podíamos irnos de ahí sin probar la carne de Luismi, así que, pedimos la chuleta de lomo bajo de vacuno mayor. Nos decidimos por ella por el peso, las demás chuletas son de 1kg, demasiado para estas dos señoritas que venían de tomar el aperitivo. La fama de este proveedor de carne, es bien merecida y pillar el punto exacto de la carne es un arte, que no todos dominan. Sin duda un festival carnívoro, difícil de olvidar. (Hay que volver a probar la chuleta de lomo alto).
También pedimos para acompañar la carne, patatas fritas, que eran simplemente espectaculares, que queréis que os diga.
Llegados a este punto, no podía más y casi cometo el mayor crimen gastronómico de la historia.
Casi me voy sin tomar postre. Como sin duda la gula es mi pecado capital por excelencia, no necesito demasiado para que me convenzan en temas del comer. En este caso, gracias a Dios que sucumbí al mandato de mi amiga y pedimos la torrija, que antes de ponernos finas, le había dicho que teníamos que pedir sí o sí.
CELESTIAL. Vamos que te tomas un trocito de torrija y tocas con tus propias manos el cielo. No creo que exista un calificativo culinario para esta bestialidad de postre. (Mi amiga, que no es muy dulcera, lo quiere para su boda, no digo más)
En definitiva... Por favor, ¡¡ID!!
Reventad los sitios buenos, los sitios donde la gente hace lo que le gusta. Un restaurante donde se elige el producto, se cocina con pasión y te atienden como si fueras ministro (sí, es que esta muy cerca del Congreso).
En serio, id, con vuestros amigos, con vuestra pareja, con vuestra abuela, con vuestros compañeros de trabajo... con quien queráis, pero id. Me lo agradeceréis, os lo prometo. Yo vuelvo fijo.
¡La semana que viene, esta vez sí, nos leemos con más sitios top!
Hasta entonces...
Besitos,
Cris.
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