El Filandón
¿Me dejáis que os cuente mi vida de bloggera no profesional?
Puesto que no dedico el 100% de mi tiempo a esta actividad, (vamos no ocupo ni un 10), ni puedo salir y acudir a todos los sitios que me gustaría, ni puedo escribir posts como si de hacer churros se tratara.
Por eso, publico un post a la semana, y a veces ni eso. ¿Que tiene de malo? Con un post a la semana, tengo que crear el suficiente surtido, como para agradar al mayor numero de personas. Siempre he dicho que el gusto por la buena comida, es lo primordial aquí, pero hay tal variedad de lugares gastronómicos, en cuanto al precio, al tipo de comida, la zona... que a veces tardo un mes en publicar un "cambio de tercio" culinario.
Os recomiendo, que si estáis interesados en mis descubrimientos, a tiempo (casi) real, me sigáis en instragram y estaréis mucho más actualizados. Aunque de manera mucho más breve.
Bueno, volviendo al blog, hoy toca volver restaurantes de altísima calidad.
Es el turno del Filandón.
Es el turno del Filandón.
El Filandón es uno de esos sitios, que a penas necesita presentación. Es un clásico que se ha afianzado en Madrid a lo largo de los años, a base de dar muy bien de comer. De hecho, tardarás unas semanas en que te den mesa, si llamas ahora mismo, lo que es una señal estupenda.
La calidad del producto es excelente y la elaboración de los mismos perfecta. El producto de mar es la estrella, y no es para menos, Pescaderías Coruñesas, es un magnífico proveedor.
Pedimos algunos entrantes como: pan de cristal con jamón ibérico, de vértigo; calamar a la parrilla maravilloso; berberechos a la sartén, exquisitos o una burrata della Puglia, que estaba para morirse.
Después probamos varios segundos aunque yo destaco, como no podía ser de otra manera, su famosísimo lenguado Evaristo y el rodaballo que estaban deliciosos.
Productazo y buena elaboración, éxito seguro.
Y no me matéis, pero la guarnición de patatas me encantó. Soy muy fan de las atatas fritas, ¡qué le vamos a hacer!
Menos maravillosos, fueron los postres. Siendo sinceros, no destacaría ninguno, es más, hubo uno que me gustaría poder olvidar.
El restaurante es precioso, con un montón de salones y un jardín del que disfrutar las noches de verano. El entorno de verdad, es un 10.
La calidad del producto es excelente y la elaboración de los mismos perfecta. El producto de mar es la estrella, y no es para menos, Pescaderías Coruñesas, es un magnífico proveedor.
Pedimos algunos entrantes como: pan de cristal con jamón ibérico, de vértigo; calamar a la parrilla maravilloso; berberechos a la sartén, exquisitos o una burrata della Puglia, que estaba para morirse.
Después probamos varios segundos aunque yo destaco, como no podía ser de otra manera, su famosísimo lenguado Evaristo y el rodaballo que estaban deliciosos.
Productazo y buena elaboración, éxito seguro.
Y no me matéis, pero la guarnición de patatas me encantó. Soy muy fan de las atatas fritas, ¡qué le vamos a hacer!
Menos maravillosos, fueron los postres. Siendo sinceros, no destacaría ninguno, es más, hubo uno que me gustaría poder olvidar.
El restaurante es precioso, con un montón de salones y un jardín del que disfrutar las noches de verano. El entorno de verdad, es un 10.
crujiente pan de cristal con aceite y tomate |
Jamón Ibérico |
Calamar de anzuelo a la parrilla |
Berberechos a la sartén. |
Burrata della Puglia con tomate de huerta |
Patatas fritas “finísimas y crujientes” |
Lenguado Evaristo |
Rodaballo |
Pondría una pega más, y es que tratándose de un restaurante de cierta categoría, que por supuesto pagas, el servicio en nuestro caso, fue muy lento. Espero que se tratara de una desafortunada coincidencia.
Por lo demás todo estupendo y me repito un poco, producto top y muy buen saber hacer.
Espero que os guste a los que no lo conozcáis y que no me matéis lo que sois fans. que hay muchos ;)
Por lo demás todo estupendo y me repito un poco, producto top y muy buen saber hacer.
Espero que os guste a los que no lo conozcáis y que no me matéis lo que sois fans. que hay muchos ;)
Un besito,
Cris.
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