Una vuelta gastronómica por Italia. Parte I: Milán y Toscana (Siena yFlorencia)

¡Hola a todos!

Para muchos no es ningún secreto que adoro la comida italiana, y el país en sí, no es menos. ¡Adoro Italia! Hace un par de semanas ponía rumbo a ese pedacito de tierra con forma de bota.

Me ha parecido interesante contaros mi aventura, en su versión gastronómica. Cojan papel y boli (o el bloc de notas de su smart phone o tablet) y apunten para posibles futuras visitas.

Aunque mi destino era Bolonia, decidí coger el avión a Milán para conocer, por fin, su Duomo. (También más cosas, pero principalmente, la maravilla gótica, por excelencia).

Puesto que mi tiempo era escaso, apenas tres horas hasta que mi tren salía de Estación Central, no podía pararme a comer en un restaurante y perder, como mínimo, 1 hora. 

Antes de nada debo decir, que cuando estoy fuera de España, intento optimizar tiempo en comidas, salvo excepciones, o que el viaje en sí sea para comer. 

Busqué pizza en porciones y para llevar y cerca del Duomo, pero nada, no encontré nada. Me pareció curioso que en varios blogs de viajes, o de españoles de Erasmus por Milán, coincidieran en los panzerotti de Luini. Nunca antes había oído hablar de panzerottis, y el hecho de que hubiera tantas colas, en parte me gustaba, pero por otro lado me hacía desconfiar, ya que un porcentaje elevado de los que hacían esas colas eran turistas. 

Quise fiarme de todos esos españoles en Milán, y por ubicación y falta de tiempo, me planté en Luini, a escasísimos metros del Duomo y la Galería Vittorio Emanule. 

Entre 2,50 y 2,70 euros cada uno, y con dos, al menos yo, acabas hasta arriba, y están buenísimos. Sin duda alguna un super acierto, que me permitió seguir paseando por Milán con la sensación de haber comido algo riquísimo. Si pasas por Milán con prisas, y te vas a mover por la zona del Duomo, ¡ni lo pienses! Yo probé el de mozzarella y tomate y el de queso con jamón, (muy clásica yo), buenísimos.

No acerté tanto con el helado. Justo en frente de Luini hay una famosa heladería, y aunque estaba bastante rico, no me sorprendió en absoluto y los he probado muchísimo mejores en Madrid. No doy nombres, por eso de que no me gustan las críticas negativas, pero si vais allí, sabréis de que heladería os hablo. Volveré con más calma y conoceré mejor su oferta culinaria. 

En este viaje por Italia, también nos dio tiempo a hacer un road trip de dos días por la Toscana. Con su correspondiente desayuno, sus dos comidas y una cena. Evidentemente en localizaciones distintas, ya que nos movíamos bastante y muy rápido.

El primer día comimos en Siena y recomendadas por una amiga de mi hermana, que hizo allí su Erasmus, nos plantamos en Antica Trattoria Papei. 

A todo esto, yo ya había asimilado, que eso de atiborrarme a pizza, no era lo propio de la zona que estábamos visitando, así que me adapté al medio. 

Volvemos a Papei, eran las cuatro de la tarde y con toda la simpatía del mundo nos atendieron. El camarero, además de ser un encanto, hablaba español, ya que había estado de Erasmus en Valencia. Nos recomendó los pici. ¿Qué son los pici? Pues unos espaguetis un poco más gordos de lo normal, hechos a mano y típicos del Sur de la Toscana.

Yo tome "Pici Cacio e Pepe" y estaban deliciosos. Cacio e Pepe es una preparación típica romana, que lleva queso y pimienta. Buenííísimo.

Todo lo que pidieron las demás (eramos seis),  estaba delicioso.

De postre probamos "Torta della nonna", estaba de muerte.

Si vuelvo a Sienna, vuelvo a Papei, el trato no podía ser mejor, el sabor exquisito y los precios... juzguen ustedes mismos (teniendo en cuenta que la pasta fresca la hacen ellos mismos). Además está justo detrás de la Plaza del Campo de Siena, donde se encuentra el impresionante Palacio Comunal (y que veis en la foto que encabeza este post), y tienes unas privilegiadas vistas por detrás, que no deja de ser impresionante, y te quitas de un plumazo, un 90% de turistas. 

Al día siguiente, comimos en Florencia, en el Mercado Central, muy auténtico. Pese a lo turístico de Florencia, se oía poco inglés, español o chino por los puestos. El Mercado Central, es una especie de Mercado de San Antón o San Miguel, donde conviven puestos de mercado con puestos donde comer. Eso sí, más de andar por casa y de toda la vida, la versión florentina.
*Información de última hora: acabo de enterarme, que dicho mercado, tiene una planta superior menos "rústica", más moderna y más turística... 

Teníamos prisa por volver a casa (Bolonia), y todavía teníamos que dar un paseo por el centro, así que fuimos a la opción rápida. Mis dos hermanas y yo nos tomamos un panino cada una y unos crostinnis para compartir. Yo hice la peor elección porque lo pedí de queso, pensando, pobre de mí, que me pondrían un Pecorino, un Grana Padano o un Reggiano (los cuales adoro con toda mi alma), pero me pusieron una especie de manchego suave, que no estaba malo, pero vaya... no era esa mi intención. Mi hermana mayor estuvo más acertada con su panino de mortadela trufada (maravillosa).

Nos Fuimos al Duomo de Florencia a contemplar semejante maravilla, con un antojo de helado tremendísimo, pese a que llovía a mares. Tras una búsqueda rápida en Google: "mejores helados Florencia centro",nos decantamos por "Edoardo" y sus helados biológicos. En la misma Piazza del Duomo, delante de la impresionante cúpula de Brunelleschi (o sea en la parte trasera de la catedral). Sería un pecado pedirse una tarrina, porque los cucuruchos los hacen ellos y son un escándalo. En cuanto a los helados... ¡¡Esta vez sí!! En Milán no acerté, pero estos, tanto en sabor como en textura, eran sencillamente deliciosos. ¿Heladito cerca del Duomo de Florencia? ¡Edoardo!

Y hasta aquí, el tour rápido pero intenso, por Milán y la Toscana... próximamente Bolonia, la gran desconocida, en sus pantallas, que gastronómicamente bien merece un post para ella solita.

Espero que os haya gustado y sobretodo que os sirva para vuestras futuras visitas a este maravilloso país, con tanta variedad y sabor en cada rincón. 

Besitos, 

     Cris.