Bolonia "la gorda".
Bolonia se convirtió en mi destino italiano principal, porque mi hermana pequeña está allí de Erasmus. Si no fuera por esto, posiblemente nunca habría visitado esta maravillosa ciudad. Es, sin duda, una gran desconocida, y eso le da todavía más encanto. Te podría hablar de sus kilómetros de pórticos, de su casco antiguo, que después del de Venecia, es el más grande y mejor conservado de Italia, de sus siete secretos, de sus torres... pero como éste no es un blog de viajes, me quedo con que es la cuna de la buena cocina italiana.
A Bolonia se la conoce, entre otros apelativos, como "la gorda". Aquí nacieron los tortellini, la salsa al ragú (nosotros la conocemos como boloñesa) y la mortadela bolognesa (absolutamente nada que ver con lo que encontramos en los supermercados convencionales en el resto del mundo). Pero su fama culinaria, se debe también a la gran calidad de sus productos.
Me quedé embobada viendo los puestos de las fruterías, pescaderías... hasta floristerías, que pueblan el Quadrilatero.
Estuve cuatro días y la verdad es que tuve tiempo para probar casi de todo. Aunque breve, ha sido intenso, por lo que este post va a ser largo, pero lo voy a hacer lo más visual posible, haciendo especial hincapié en los aspectos más destacables. (En negrita y en rosa)
¡Empezamos!
LA TUA PIADINA
Tengo que reconocer que en noviembre del año pasado, escuché la palabra piadina por primera vez, al insistirle a mi hermana con las mejores pizzas para tomar cuando fuera a visitarla, ella me dijo que allí la pizza no era lo típico. Sin embargo si lo eran las piadinas, y además, eran buenísimas. Desde ese momento, empecé mi larga búsqueda de piadinas por Madrid, sin gran éxito. Por ello, la primera comida que iba a hacer en Bolonia, no podía ser otra que la deseadísima (por mi) piadina. Aunque había varias opciones, mi hermana insistió en "La Tua Piadina". Y allí me planté con mi señora madre.
Eso de que nadie hable nada que no sea italiano, me gusta, porque al menos es casi seguro que es auténtico, pero no me gusta tanto, cuando tengo que hablar sin tener ni idea del idioma. Me marqué un punto preguntándole a mi hermana (que nos abandonaba para comer, siendo ella la intérprete): "¿Cómo se dice: 'qué me aconsejas'?"; "¿Cuale mi consigli?" ¡Listo! Sin duda mi frase más repetida durante mi estancia italiana, cuando uno no sabe, tiene que dejarse aconsejar.
Tengo que decir que las piadinas las hacen allí mismo y al instante y todo lo que lleva dentro es cortado también en el momento, lo que garantiza la frescura de los ingredientes. En Instagram subí la foto... El amable señor y mi hermana nos aconsejaron muy bien. Casi lloro. ¡Qué delicia! El local no podía ser más auténtico. En serio, maravilloso todo, no puedes irte de allí sin probarlas. (En Madrid no encontrarás nada parecido)
QUADRILATERO/ SIMONI
Os he hablado antes del Quadrilatero, digamos que es un entramado que callecitas donde además de puestos de mercado de altísima calidad, también hay establecimientos donde tomar el aperitivo. Hay que recalcar, que el aperitivo italiano es más frecuente antes de cenar. Puedes encontrarte con pequeñas osterias o trattorias, pero también, con establecimientos que en principio son para hacer la compra y también tienen su apartado para comer. En esta ocasión fuimos a Simoni, que es una salumeria del famoso quadrilatero. Como podéis ver es una charcutería, donde también hay queso parmesano.
Todo el mundo pide tablas de embutidos y queso y eso fue lo que hicimos. Todo regado con un vino de la zona. Además, mientras 'aperitivo/cenábamos', nos fueron sacando distintos tipos de panes riquísimos. ¡Hay muchísimo ambiente! Me encantó el quadrilatero y Simoni.
Tamburini, otro local de similares características, no pudo ser en esta ocasión.
Todo el mundo pide tablas de embutidos y queso y eso fue lo que hicimos. Todo regado con un vino de la zona. Además, mientras 'aperitivo/cenábamos', nos fueron sacando distintos tipos de panes riquísimos. ¡Hay muchísimo ambiente! Me encantó el quadrilatero y Simoni.
Tamburini, otro local de similares características, no pudo ser en esta ocasión.
Tagliere royale di salumi e formaggi |
OSTERIA DELL'ORSA
Tagliatelle al ragú |
Tanto la pasta, como las salsas, son artesanales y las hacen cada día, ¡MAMMA MIA!
La especialidad son los tagliatelle, pero mi hermana mayor se pidió unos "ravioli caprese" que quitaban el "sentío". Los tagliatelle no solo no decepcionaron, sino que me he hecho adicta... También pedimos unos crostone para compartir (que veréis en la foto posterior). Me he quedado con las ganas de probar la "crescentina emiliana", pero otra vez será. Y la última sorpresa que me tenía preparada la ostería, fue el postre... Pedimos tarta de chocolate, muy buena, pero nada comparable con el tiramisú. ¡Qué cosa más rica! Hacía muchísimo que no probaba uno tan bueno, de hecho no suelo pedirlo porque no es fácil encontrar uno que me guste. Súper cremoso. Sin duda, estoy enamorada de este sitio. Es fabuloso, ¡TODO! El local, muy desenfadado; la comida, fuera de serie; los precios, increíbles para la delicia que estás tomando...
No admiten reserva, y suele haber bastante cola, pero va rápido y merece muchísimo la pena.
Crostone |
Tiramisú |
FUNIVIA
Los helados me vuelven loca. Los adoro, y creo que ellos también me adoran a mi. Italia es cuna de los helados, y cada vez que voy, me atiborro a ellos, sin juicio alguno. Pero eso ha cambiado. Hay matices de un buen helado que ahora sí aprecio. Y aunque posiblemente en Italia haya más sitios de helados artesanales buenos, que en España, por ejemplo, no es oro todo lo que reluce. En Milán tuve la gran decepción heladera, y no quería irme a Madrid sin remediar tal estropicio. "Funivia es mejor", decían mis hermanas cuando probábamos cualquier helado... Así que el momento llegó, y reconozco que estaba hasta nerviosa.
Funivia no es la típica heladería donde las helados están expuestos en grandes montañas... De hecho no ves los helados. Pero mira, ni falta que hace.
Pedí un semicono de "nocciola"(avellana) y "pistacchio". No soy de helado de pistacho, pero todo el mundo lo pedía, así que no me resistí....
¡Madre mía, de mi vida y de mi corazón! Mirad, no tengo palabras... y con eso lo digo todo. No he probado cosa igual. El sabor es brutal y la textura... sencillamente insuperable. Yo no he probado todos los helados del mundo, ni mucho menos, pero mejores que estos no puede haber. Los habrá tan buenos, mejores... ¡lo dudo!
¡TOP!
Funivia no es la típica heladería donde las helados están expuestos en grandes montañas... De hecho no ves los helados. Pero mira, ni falta que hace.
Pedí un semicono de "nocciola"(avellana) y "pistacchio". No soy de helado de pistacho, pero todo el mundo lo pedía, así que no me resistí....
¡Madre mía, de mi vida y de mi corazón! Mirad, no tengo palabras... y con eso lo digo todo. No he probado cosa igual. El sabor es brutal y la textura... sencillamente insuperable. Yo no he probado todos los helados del mundo, ni mucho menos, pero mejores que estos no puede haber. Los habrá tan buenos, mejores... ¡lo dudo!
¡TOP!
PIZZARTIST
No puedo evitarlo, soy más de pizza que de cualquier otra cosa, y puedo ponerme muy pesada. Mi pobre hermana tuvo que aguantar mis "¿Y cuando tomamos pizza?". Aunque no es la zona de pizzas por excelencia, me negaba a creer que no iba a probar ni una porcioncita de semejante manjar. Elena me habló de la pizza al taglio "Pizzartist". Entre unas cosas y otras, no llegaba el momento de comer allí (íbamos un poco a contra corriente con los horarios que por allí se estilan), así que lo dejamos para la última comida antes de coger el avión a Madrid.
No será eso una zona de pizzas, pero una noche cogimos unas porciones de dos euros, en un sitio de cuyo nombre no puedo acordarme, pero muy cerquita de las dos torres, que estaban a años luz de las pizzas por porciones que hay en Madrid. Con un tamaño... que vamos... daba para alimentar a una familia.
Por fin llegó el día de "Pizzartist". Como buena pizza al taglio, eliges el tamaño de tu porción, te la pesan y pagas: pedimos, pesaron y pagamos... Llegó el momento de comer.
Buenísimo. La masa muy crujiente y el equilibrio de sabores fabuloso. No puede compararse con la pizza napolitana (mi preferida), porque no tiene nada que ver, incluso en su elaboración y forma. Ésta estaba perfecta. Y la masa verdaderamente era buenísima y los ingredientes frescos. Si está en esta lista es porque merece la pena, es de calidad y es un concepto distinto al que normalmente entendemos como pizza.
En España te mandaría a Nápoles a por pizza, en Bolonia... ¡Pizzartist.!
No será eso una zona de pizzas, pero una noche cogimos unas porciones de dos euros, en un sitio de cuyo nombre no puedo acordarme, pero muy cerquita de las dos torres, que estaban a años luz de las pizzas por porciones que hay en Madrid. Con un tamaño... que vamos... daba para alimentar a una familia.
Por fin llegó el día de "Pizzartist". Como buena pizza al taglio, eliges el tamaño de tu porción, te la pesan y pagas: pedimos, pesaron y pagamos... Llegó el momento de comer.
Buenísimo. La masa muy crujiente y el equilibrio de sabores fabuloso. No puede compararse con la pizza napolitana (mi preferida), porque no tiene nada que ver, incluso en su elaboración y forma. Ésta estaba perfecta. Y la masa verdaderamente era buenísima y los ingredientes frescos. Si está en esta lista es porque merece la pena, es de calidad y es un concepto distinto al que normalmente entendemos como pizza.
En España te mandaría a Nápoles a por pizza, en Bolonia... ¡Pizzartist.!
Sin duda, esta ciudad es un gran destino tanto a nivel histórico, arquitectónico, cultural, y académico. Pero si nada de esto te llama la atención, debes visitarla por su excelente gastronomía. Yo sin duda volveré, porque hay muchas cosas que se me han quedado en el tintero. Además, está a dos pasos de las grandes ciudades del Norte de Italia y la Toscana. Bolonia es maravillosa y me ha dejado enamorada.
Muchas gracias a mi intérprete personal, que además fue la encargada de seleccionar y recomendar los sitios que aquí aparecen. ¡Cómo se nota que somos hermanas y tenemos la misma enseñanza gastronómica!
Si tenéis días y os apetece un viaje delicioso... ¡no lo dudéis! Bolonia es el destino perfecto.
Besitos,
Cris.
Muchas gracias a mi intérprete personal, que además fue la encargada de seleccionar y recomendar los sitios que aquí aparecen. ¡Cómo se nota que somos hermanas y tenemos la misma enseñanza gastronómica!
Si tenéis días y os apetece un viaje delicioso... ¡no lo dudéis! Bolonia es el destino perfecto.
Besitos,
Cris.
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