BACIRA
¡Hola a todos! ¡Feliz 2016!
Este es el primer post del año y confieso que tenía unas ganas tremendas de compartirlo. En el Top 2015 ya os daba un adelanto, y por fin puedo enseñároslo con todo lujo de detalles.
Es sin duda el descubrimiento de 2015 aunque lo hiciera casi al finalizar el año, pero dicen que lo bueno se hace esperar y... ¡vaya si lo hizo!
Me lo habían recomendado hacía tiempo, pero entre unas cosas y otras la cosa se fue aplazando y aplazando, hasta que en periodo prenavideño con mil cenas y comidas, cayó Bacira.
¿Puede comerse bien en un sitio de moda?
Al final te lo digo, de momento, voy con la experiencia.
Nada más entrar, una amable chica nos preguntó por nuestra reserva y nos sentó en nuestra mesa. El espectáculo estaba a punto de empezar.
Con la bebida ya servida y mientras esperábamos nuestra comanda , nos trajeron una deliciosa crema de guisantes (con no sé que más cosas, perdón por mi memoria pez) acompañada de un rico pan de gambas, como aperitivo. Sólo con el aperitivo ya puedes hacerte una idea de lo que por esas cocinas se cuece.
Como éramos dos, utilizamos la maravillosa (y tan agradecida por los clientes) fórmula de las medias raciones, para probar más cosas. Primero llegó la anguila ahumada (con ricotta, tomates secos, brotes tiernops y quinoa crispy), simplemente fabulosa. Una mezcla de sabores que toma sentido en la boca. Le siguió el esturión ahumado con huevas de mujol, crema de lemongrass y cebolleta. Un sabor fuertemente influenciado por el lemongrass y que deberás tener en cuenta a la hora de pedirlo.
A partir de ahora viene lo que para mi son los platos fuertes.
El tiradito de dorada con vieiras de la Patagonia y salsa huancaína. Sorprendente y delicioso. No estaremos lo suficientemente agradecidos por esta recomendación del camarero.
Continuamos con el "Risoteo" de carabinero con salicornio. Presidido por un crustaceo de considerable tamaño, (hay sitios donde te hablan de carabinero y te ponen la cabeza de un langostino, o donde el carabinero y su sabor brillan por su ausencia), esta mezcla entre arroz con carabineros y falso risotto (ya que no es arroz sino pasta puntalette), se convierte en algo exquisito, rebosante de sabor.
Por último, el entrecot de vaca vieja con 90 días de maduración... ¡ALUCINANTE! Llegados a este punto estaba bastante llena y sólo lo probé, pero la jugosidad de la carne era espectacular. Y del sabor, ya ni hablo, porque no tengo palabras.
Como buena glotona, no podía acabar semejante cena sin un toque dulce, y a falta de consenso para elegir un postre, pedimos dos. Su versión del "Drácula" y chocolate3 (a mi me apetecía chocolate un montón).
Por si algún rezagado no conoce el Drácula, es un helado de toda la vida (que no sé si sigue existiendo) que llevaba una capa exterior de hielo con sabor a cola, y un interior dividido en dos, la mitad superior con fresa y la inferior con vainilla, todo un clásico y que a mi personalmente me encantaba. La versión de Bacira es fresca y con sabores idénticos al tan anhelado helado. Volví a los veranos de mi infancia en un sólo bocado.
El chocolate 3 es una versión de tres chocolates en tres texturas distintas: bizcocho, helado y mousse. Todo ello con dulce de leche (buenísimo) y crocanti de frutos secos. Espectacular, pero contundente, yo ya no podía más, menos mal que la gula me acompañó y no sobró nada.
Os dejo con las fotos y os cuento la conclusión cuando hayáis deliciado con vuestros ojos los platos que probamos.
¡INCREIBLE, RECOMENDABILÍSIMO! No puedo decir otra cosa. No solo por la increíble calidad tanto del producto como de las elaboraciones, que por supuesto, sino por su precio, tremendamente ajustado al calibre de lo que estás comiendo. Por una media de 35 euros, comerás de maravilla, con un nivel muy superior a lo que abunda en la capital.
Creedme que he comido por el mismo precio en sitios de comidas prefabricadas, aunque muy bien adornadas en el último momento.
Fusión de gastronomía tradicional mediterránea con gastronomía oriental brutal y perfecta.
A la pregunta que os hacía al principio de si podía comerse bien en un sitio de moda, contesto rotundamente SÍ, en Bacira, al menos, sí.
Por supuesto, y ya que aún hay gente con bastante criterio gastronómico en Madrid, para cenar un viernes o sábado, tiene que ser planeado con bastante antelación, y entre semana lo normal es que necesites unos dos o tres días para conseguir mesa, por lo que es imprescindible reservar.
Se encuentra en C/ Del Castillo, nº16 (en pleno Chamberí) y su teléfono de reservas es 91 866 40 30, aunque también puedes hacerlo a través de su web a la que podrás acceder pinchando aquí.
El "must" que todo amante de la gastronomía tiene que probar.
¡Ya estoy deseando volver!
Besitos,
Cris.
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