Cañadío (barra)
Tengo que confesaros algo... Aunque no suelo poner barreras en temas gastronómicos, me pirran las barras. En principio prefiero picar de aquí y de allá, a sentarme en plan formal primero , segundo y postre. ¿Será un reflejo de la personalidad? Por supuesto no rechazo y en según que momentos entiendo y me gusta la formalidad.
Hace unos días mi querido padre y yo nos quedamos solos en Madrid y con esto de que tengo un blog, me dijo que le eligiera donde comer el sábado. Hubo varios factores que hicieron que la barra de Cañadío, fuera el lugar perfecto para esta ocasión. A mi padre lo de las barras y los pinchos le encanta, las rabas le alucinan y yo me moría por probar la tarta de queso... Así que pusimos rumbo al Conde de Peñalver, 86.
Como coincidía con puente en Madrid, tuvimos suerte y pudimos hacernos un huequito en la tan apreciada y demandada barra. Pedimos nuestras bebidas que acompañamos con dos exquisitos pinchos. Uno de rabo de toro con mil cosas que no recuerdo (pero creedme que estaba de escándalo y tenía un ligero toque de trufa que me apasiona, dicho sea de paso) y otro de merluza rebozada con cabracho y más ingredientes que sigo sin recordar pero que igualmente estaba de muerte. Pedimos unas rabas y comenzamos un viaje a Santander a través del gusto. Como éramos dos, y si o sí quería probar la tarta la ración de rabas nos llenó bastante y eludimos la idea de tomar más pinchos. Si se comiera por los ojos, no habría parado nunca ya que había una variedad increíble, cada cual, más interesante y apetecible.
Llegó la hora de tomar la estrella de la casa. Pudimos ver como las tartas salían para todos los comensales tanto de la barra, como de las mesitas altas de la entrada... ¡Buena señal!
¿El veredicto? Sin palabras, de verdad... Podría decir que es una delicia, una exquisitez, que es delicada pero intensa de sabor, que no empalaga , que tiene una textura simplemente perfecta, que todo en el plato tiene un equilibrio asombroso... pero me quedaría corta.
Sin duda, y hasta la fecha... ¡la mejor tarta que he probado en mi vida! No es casualidad que sea la foto que introduce este post...
Sin duda el sitio (al menos la barra) es ideal para un picoteo maravilloso con el final más dulce y sabroso posible.
La calidad precio es verdaderamente buena y los chicos que nos atendieron francamente educados, atentos y simpáticos. Desde luego estoy deseando probar la carta del restaurante.
Muy muy muy muy recomendable.
¡Me despido por hoy!
Besitos,
Cris.
Como coincidía con puente en Madrid, tuvimos suerte y pudimos hacernos un huequito en la tan apreciada y demandada barra. Pedimos nuestras bebidas que acompañamos con dos exquisitos pinchos. Uno de rabo de toro con mil cosas que no recuerdo (pero creedme que estaba de escándalo y tenía un ligero toque de trufa que me apasiona, dicho sea de paso) y otro de merluza rebozada con cabracho y más ingredientes que sigo sin recordar pero que igualmente estaba de muerte. Pedimos unas rabas y comenzamos un viaje a Santander a través del gusto. Como éramos dos, y si o sí quería probar la tarta la ración de rabas nos llenó bastante y eludimos la idea de tomar más pinchos. Si se comiera por los ojos, no habría parado nunca ya que había una variedad increíble, cada cual, más interesante y apetecible.
Llegó la hora de tomar la estrella de la casa. Pudimos ver como las tartas salían para todos los comensales tanto de la barra, como de las mesitas altas de la entrada... ¡Buena señal!
¿El veredicto? Sin palabras, de verdad... Podría decir que es una delicia, una exquisitez, que es delicada pero intensa de sabor, que no empalaga , que tiene una textura simplemente perfecta, que todo en el plato tiene un equilibrio asombroso... pero me quedaría corta.
Sin duda, y hasta la fecha... ¡la mejor tarta que he probado en mi vida! No es casualidad que sea la foto que introduce este post...
Sin duda el sitio (al menos la barra) es ideal para un picoteo maravilloso con el final más dulce y sabroso posible.
La calidad precio es verdaderamente buena y los chicos que nos atendieron francamente educados, atentos y simpáticos. Desde luego estoy deseando probar la carta del restaurante.
Muy muy muy muy recomendable.
¡Me despido por hoy!
Besitos,
Cris.
Comentarios
Publicar un comentario