MONKEE KOFFEE, el templo del café


El otro día hice un descubrimiento, de esos épicos, de esos que sabes que vas a seguir  utilizando hasta el final de tus días (o de los suyos, Dios no lo quiera).

Llevaba tiempo tras su pista, pero por razones varias, el lugar se hizo esperar. Los que mejor me conocen saben mi infinita curiosidad por bares, gastrobares, restaurantes, cafeterías y demás sitios donde se pueda beber y comer, sobretodo en Madrid, por razones obvias. Pero últimamente, los sitios de meriendas, desayunos... son mi obsesión.

Voy a empezar a reivindicar las meriendas y los desayunos, es una tradición genial que no puede perderse... ¡Menos brunch y más desayunos y meriendas!


No es un secreto que me encanta la comida en general y la repostería en particular, sobretodo para elaborarla con mis propias manos y creo también que para hacer una buena receta, hay que probar muchas otras. Es por eso que  cada vez más busco lugares donde probar delicias dulces.

El otro día por fin entré en Monkee Koffee. Son tantos puntos a tener en cuenta, que tengo que ir por partes.

Lo primero y más importante, el producto. ¡EXQUISITO! Sabor, calidad, preparación, presentación... un 10 en cada aspecto. Nosotros pedimos un café con leche, un capuccino, tarta de zanahoria y cheesecake. Algo tan básico como un café con leche, se convierte en toda una experiencia gastronómica. Y mención a parte, para su tarta de zanahoria.

¡MENCION A PARTE! Espectacular, maravillosa, única, insuperable... No soy fan, ni mucho menos, de estas tartas, pero por primera vez en mi vida, mi elección de cheesecake (aunque riquísima) no fue la ganadora. Para los amantes de este dulce, no dejéis de probarla, en serio... ya me diréis....
Además, también preparan sandwiches y ensaladas para los que prefieran salado.

Foto sin filtros, aunque no lo parezca.
(A pesar de lo que dije aquí, en "paparazzi everywhere", tuve que hacerle foto, aunque habréis comprobado que el frosting de la tarta de zanahoria ya había sido "atacado" por mi acompañante.)

Según nos comentó el dependiente, se elaboran a diario tartas, bizcochos, cookies y demás alimentos, con productos naturales, y se nota.

Ventilado el primer aspecto, vamos con los demás que aunque más secundarios, pueden marcar la diferencia. La atención es estupenda. Se agradece que alguien educado y encantador te atienda con una sonrisa y muchas ganas. El lugar, a parte de decir que es un sitio que visualmente me encanta, (es muy Nueva York, como podrás ver aquí), el ambiente creado es muy acogedor. Es como estar en casa, no se si por la mezcla de ladrillos con madera y hormigon, por la iluminación "tenue pero no tanto", el hilo musical, pero te invita a pasar un rato agradable, con gente querida, saboreando auténticos manjares sencillos pero no por ello menos manjares... Quizás sea percepción mía, pero me encantó.

El precio mucho más que bueno, teniendo en cuenta la calidad y cantidad y sabiendo lo que hay por ahí. La zona me encanta, es el barrio de mi abuela, y de mi padre en su día, también de mi madre cuando vino a Madrid. Uno de mis preferidos (siempre lo he llamado mi segundo barrio) y menos "moderno" para los más reticentes. EL barrio de Argüelles, exactamente esta en la calle Vallehermoso 112, pero os enlazo con su página web, donde conocer sus horarios, hasta que la terminen.

Una experiencia estupenda, que estamos deseando volver a repetir y que recomiendo a todo aquel que me cruce.

Saludos,

Cris.




Comentarios

Entradas populares